Legado s.m Disposición que el testador deja en su testamento o codicilo en beneficio de una o varias personas.
Resistir v. intr., tr. y prnl. Soportar una persona o una cosa el paso del tiempo o de algún agente destructor.
“No podíamos renunciar a la responsabilidad de mantener la herencia, ni la impronta que pone cada microempresario por usos y costumbres al hacer su vino.” [Felipe Zuñiga, socio fundador y enólogo].
Vid seca y sus 18 asociados representan la resistencia del vino en Cauquenes. Quieren proteger la Uva País y las tradiciones de cómo crear el vino. Uno podría pensar en la Aldea Gala de Asterix y Obelix, un dispar grupo de personas con un enemigo común, en este caso: el feroz mercado mundial del vino y el paso del tiempo.
Para dar dimensión a la gesta en la que se embarcaron hace ya 7 años y la responsabilidad que han decidido aceptar los protagonistas de esta historia, lo primero es conocer la Uva País.
La Uva País, es una sobreviviente con casi 200 años de antigüedad. Llegó con los Españoles a las Américas hacia el año 1500. Es testigo de guerras coloniales y una sobreviviente de plagas como la Filoxera[1]. El insecto terror de las vides, que nunca llegó a penetrar en Chile en ese periodo en el que la Uva País era la uva dominante, mientras que en el resto del mundo otras muchas vides no sobrevivieron.
Las raíces de sus cepas pueden alcanzar los 15 metros de profundidad, símbolo de su historia. De secano, no requieren agua de regadío “La cepa es muy noble, es muy fiel a los agricultores puedes dejarla dos, tres años que no la trabaja y de nuevo quieres que produzca y vuelva igual” [Víctor Mora, pequeño productor]. La resistencia humana encarnada en vid. Y, además, una perfecta aliada contra el cambio climático.
Pero esta vid sufrió y sufre el acoso de las modas. Desplazada por las viñas finas[2], su precio se ha ido devaluando tanto que para muchos cosecharla es sinónimo de pérdida económica. Por eso, gracias a la existencia de Vid Seca. Asociación Gremial de Vitivinicultores del Secano de Cauquenes con el apoyo de Fairtrade “hay esperanza de que esto pueda vivir” [Francisco Ruiz, pequeño productor].
Pero Vid seca va más allá de la defensa de la Uva País, protege modos de vida y tradiciones, mientras innovan.
Hay esperanza de que este mundo pueda continuar, y la Prima[3] pueda apoyar en hacer llegar a las nuevas generaciones el patrimonio que les rodea, facilitando acciones educativas que cuenten la historia de la Uva País a los adolescentes, que quizá, algún día, tomen el relevo en el cuidado y protección de estas Cepas patrimoniales. No es poca cosa, porque la Uva País tiene un enemigo más: la falta de relevo generacional. Y es que muchos de sus custodios como Fernando Henríquez, de 88 años, o Victor Yañez, de 81, sospechan con gran tristeza que nadie continuará con el legado que ellos heredaron de sus padres.
Todos los asociados cosechan uva y hacen su propio vino “yo conservé las tradiciones de mi papá(…) así como lo enseñan uno queda(…)”[Víctor Mora, pequeño productor]. Esto permite preservar y compartir saberes y modos entre los miembros; mientras integran nuevos conocimientos “aprendemos nuevas cosas”[Víctor Mora, pequeño productor] y “los vinateros hoy día hacen sus vinos, producto de integración de tecnología y respeto del ADN de sus tradiciones, incorporando cosas que hoy son necesarias”[Felipe Zuñiga, socio fundador y enólogo]
Además, innovan. Han creado el concepto del “Vino Asociativo”. Cada año, los 18 integrantes de Vid seca se reúnen y, democráticamente, unen el saber técnico de su experto enólogo Felipe Zuñiga (con más de 20 años de experiencia a sus espaldas) y la experiencia (toda la que sumen los 18 asociados) de prácticas históricas, para decidir que vinos son mejores para ensamblar, embotellar y exportar. La Uva País cruza el océano Atlántico.
No olvidemos las tradiciones. Gracias a Vid Seca puedes caer un domingo por casa de Miguel Bustos y presenciar una minga[4], nada que ver con una cosecha convencional. Llegas al campo y el cansancio y el esfuerzo de cargar cubos es casi imperceptible; se siente con fuerza el compañerismo y la amistad, la fiesta de “una reunión familiar, y de reencuentro” [José Bustos, hermano Pequeño productor] acompañada de un festín de cazuela de cordero, guiso de porotos y chuchoca[5], laboriosamente preparado por las socias en la sombra, desde por la mañana muy temprano.
Los Asociados de Vid Seca, la resistencia en Cauquenes, puede que consigan que el tiempo se detenga. Fairtrade, contribuye a que la Asociación Vid Seca transite un camino en el que sus 18 asociados alcancen a exportar su vino asociativo; logren que sus históricas tradiciones tengan la oportunidad de perdurar, y puedan seguir innovando, para que las próximas generaciones tengan un legado.
[2] En Chile, entre los vitivinicultores, se alude a las Viñas Finas como aquellas exportadas alrededor del S.XIX desde Francia. Estas viñas se convirtieron en las predominantes en el mercado haciendo muy difícil la existencia de las viñas Criollas.
[3] La Prima Fairtrade, una suma extra de dinero que se paga adicionalmente al precio de venta de la botella. El dinero es luego gestionado por el Comité de Prima, grupo de pequeños productores, parte de la organización de pequeños productores y elegidos democráticamente que en coordinación con una Asamblea compuesta por el resto de los pequeños productores desarrolla proyectos sociales para estos y sus comunidades
[4] Palabra chilena utilizada para describir una cosecha realizada por vecinos y familiares, donde nadie obtiene salario. En la minga se crea una cadena de favores donde unos se ayudan a otros en la cosecha, o se trueca por otros productos.
[5] Plato tradicional chileno con alubias/frijoles y maíz/choclo.
