La Asociación de Pequeños Productores Bananeros El Guabo (ASOGUABO) nació hace 25 años, en Ecuador, y con el paso del tiempo, se ha ido fortaleciendo hasta convertirse en un actor relevante a nivel mundial dentro de la cadena de valor de la producción de banano con certificado Fairtrade.
El crecimiento de ASOGUABO, formada por más de 130 productores(as), ha ido de la mano con prácticas encaminadas a la mejora de sus procesos de producción y con la implementación de proyectos financiados a través de la prima de Comercio Justo a fin de fomentar un uso más responsable y sostenible de los recursos naturales. Así, gracias a esos fondos, ahora la asociación cuenta con una biofábrica para la elaboración de biofermentos; un centro de acopio de plásticos, protectores y aceites quemados; e instaló una planta potabilizadora de agua en la comunidad rural Las Casitas, cantón El Guabo.
De este modo, la organización no solo tiene mejorías en su productividad, sino también contribuye a proteger los recursos naturales de su entorno y facilita mejores condiciones de vida a su comunidad, al aplicar en su trabajo una serie de iniciativas inspiradas en una visión que tiene a la sostenibilidad como parte esencial, en línea con los valores que caracterizan al Comercio Justo.
“Desde que yo entré a la asociación todos los años ha habido la relación con Comercio Justo Fairtrade. Una relación, muy valiosa, muy importante. Yo creo que si todos los productores tuvieran eso se sentirían bien, igual que yo. Hemos tenido muchos apoyos, muchos beneficios, no solamente los productores sino el entorno en donde vivimos. Los trabajadores y las comunidades se han beneficiado también de ese proyecto”, asegura Wilson Fabián Sánchez, productor de ASOGUABO.
“Con estos premios que nos dan tenemos la oportunidad de hacer mejoras en nuestras fincas. Tenemos mejoras también para nuestro personal y es una ayuda que nosotros también les damos a ellos. Se hicieron reformas en las casas, y en una escuelita. Como el gobierno no puede estar en todo, entonces qué mejor que la asociación, de la mano con Fairtrade, ayuden a la comunidad”, expresa por su parte Jessica Ramón, asociada de ASOGUABO.
Fábrica de biofermentos
Desde 2019 se ha ejecutado este proyecto que va dirigido tanto a productores(as) orgánicos como convencionales, y que ha beneficiado en promedio a 130 miembros de la organización cada año. La iniciativa surgió para brindar una alternativa a la alta inversión en productos agroquímicos que, tradicionalmente son utilizados para darle sostenibilidad a la producción bananera, pero generan gastos significativos y menor rentabilidad, además de poner en mayor riesgo la salud de las personas.
Por esas razones, ASOGUABO instaló, equipó y puso en funcionamiento una fábrica de biofermentos, que son insumos basados en microorganismos y proporcionan nutrientes a la plantación, mejoran la textura y aportan materia orgánica regeneradora al suelo, impactando de forma positiva en la biodiversidad de la zona donde son usados.
Luego de su elaboración, el biofermento es entregado gratuitamente a las y los socios para su aplicación en los terrenos. Así, con el proyecto de la biofábrica se ha conseguido robustecer la productividad, disminuir los costos y trabajar con suelos más saludables, contribuyendo a la protección del ambiente y de la salud de las y los productores.
Centro de acopio de plásticos y aceite quemado
Los procesos de producción bananera requieren el uso de diversos insumos y la generación de materiales de desecho, muchos de ellos sin un tratamiento posterior apropiado, que permita mitigar la contaminación. Entre estos materiales están las fundas de protección del racimo de banano, que para las y los productores de ASOGUABO representaban una preocupación, al igual que el aceite quemado generado por bombas de riego y maquinarias.
Anteriormente, ese tipo de materiales no tenía un tratamiento técnico adecuado, por lo que la organización impulsó el proyecto del centro de acopio de plásticos y protectores y reciclaje de aceites quemados, a fin de proporcionar alternativas para evitar la acumulación de estos desechos y facilitar el cumplimiento de normativas y certificaciones internacionales para la comercialización del banano.
A través de este esfuerzo, se han generado procesos técnicos para la recolección, reciclaje y comercialización de los plásticos desechados, y se ha invertido en centros de acopio, pues incluso ASOGUABO tiene un acuerdo con la empresa que le provee los insumos para el proceso de embalaje de las cajas con producto, a partir del cual, la organización le entrega a la compañía el plástico sobrante y recibe a cambio más de los materiales requeridos en el proceso de empaque.
De esta forma, las y los productores disponen de alternativas adecuadas para desechar los materiales utilizados, se generan ingresos por la comercialización de los plásticos usados que son recolectados, se invierte en otros productos necesarios, y se generan estrategias favorables para el cuidado del medioambiente y la comunidad, pues se evita contaminar fuentes naturales de agua, canales de riego o afectar las propiedades químicas, físicas y biológicas de los suelos.
Agua potable para la comunidad
ASOGUABO realizó la adquisición, instalación y puesta en funcionamiento de una planta de potabilización de agua en beneficio de todas las familias de la comunidad rural Las Casitas, en el cantón El Guabo, siendo favorecidos alrededor de 40 grupos familiares, además de contribuir a la reducción de los índices de afectaciones a la salud y brindar agua potable a las niñas, niños y adolescentes de la escuela de la comunidad “Segundo Coello Figueroa”.
Igualmente, se han reducido los costos que demandaba la disponibilidad y el consumo de agua segura, y durante la pandemia por COVID 19, la planta fue un importante recurso para incrementar el cumplimiento de protocolos de prevención de contagios en el sector.
El proyecto también contempla invertir en el mantenimiento periódico que requiere la planta, y la comunidad ha asumido responsabilidades de cuidado de los equipos instalados.
Al fondo de la escuela está la planta potabilizadora de agua que ha servido no solamente para la escuela, sino que se la construyó para que abarque a toda la comunidad”, afirma Ángel Borbor de la Escuela de Educación Básica “Segundo Coello Figueroa”.