Viñedo Emiliana S.A. Plantación: Trabajo contratado. [Valle de Casablanca, Chile].
Práctica s.f. Acción de hacer o usar una cosa de manera habitual.
Alianza s.f. Unión de cosas que concurren a un mismo fin.
“Esto es orgánico de verdad, no es un show” María Macchiavelo, 65 años trabajadora en Viña Emiliana te recibe entre las Alpacas que vigilan la entrada de uno de los viñedos de la organización, en el Valle de Casablanca, a una hora de Santiago de Chile.
María, es una de las caras ocultas de la producción del vino en Viña Emiliana, cuida de los animales que forman parte del ecosistema que Viñedos Emiliana crea para elaborar un vino orgánico y justo.
A su edad, encarna la perfecta alianza entre una Conciencia Orgánica y Fairtrade. En otras plantaciones del valle, pocas garantías tendría de una jubilación digna, del reconocimiento de su labor en la organización y difícilmente gozaría de la salud que demuestra mientras ágil y rápida, nos lleva orgullosa a los Huertos Orgánicos, resultado del uso de la Prima Fairtrade.
Pensar en orgánico, es pensar en que uno consume algo que le sienta bien. La sorpresa es que es mucho más que es Un cultivo orgánico, es proteger a los(as) trabajadores(as). Carlos Vera, cosechero, compañero y amigo de María desde hace más de 20 años, entre los rojos ajís de las Huertas Orgánicas explica el dañino uso del Glifosato, agroquímico para el control de malezas, “los trabajadores enfermaban”.
Una cultura orgánica es un cambio de actitud, Pedro, encargado de finca, recién llegado a Viñedos Emiliana, confiesa “es muy lindo como se trabaja, me ha costado entender el mantener las viñas sucias, en las viñas convencionales estamos acostumbrado a tenerlo pelao” se refiere a la maleza que crece entre los viñedos, y que en contra de lo que muchos piensan, forman un escudo protector contra plagas. Requiere más trabajo, sí, pero a la larga dice Pedro “hay una resistencia sana de la planta, se crean más resistentes”.
Una conciencia orgánica es, ser un estratega con el uso del agua, “no se puede perder ni un metro cúbico de agua, la distribución del agua es fundamental, ya no es abrir llave, todo se calcula, hay escasez hídrica” explica Francisco Cueto, técnico agrícola.
Viñedos Emiliana, hizo la transición a Orgánico en 1998, fue un reto, más de 850 Hectáreas con más de 200 trabajadores(as). Cambiar una forma de cultivar la tierra, una forma de pensar y hacer. “Un tema de convicción” como dice Sebastián Tramón encargado de sustentabilidad, por qué pensar orgánico, implica grandes cambios y compromisos.
Y esa convicción es la que llevó a Viñedos Emiliana a comprometerse con el Comercio Justo unos años después, en el 2010. Una alianza natural, un flechazo. El vino no es cosa de unos pocos “requiere mucha mano de obra y mucho personal técnico” [Francisco Cueto]. Así la Conciencia orgánica y la Certificación Fairtrade, juntos, permiten que cosechadores, operarios, encargados de finca, mecánicos, personal de limpieza, personal administrativo, técnicos e ingenieros agrónomos … tengan asegurado su bienestar.
Porque Fairtrade mejora las condiciones laborales dignas, donde las horas extra se pagan, donde la dureza de las condiciones de frío y calor “En ese proceso bien largo, que se juega en un mes de cosecha” [Francisco Cueto] que implica la creación del vino, son reconocidas. Y sus trabajadores lo explican con orgullo “el ambiente laboral es más grato, se preocupan de los trabajadores…y eso no lo he visto en una viña de los 18 años que llevo trabajando” subraya Pedro.
También los esfuerzos se ven premiados, más allá de unos salarios, no siempre competitivos, ya que el coste de una botella no refleja todo el trabajo que hay detrás de ella.
El existir de la Prima Fairtrade[1] aporta e importa. Carlos, cosechero, pudo reconstruir su casa y acondicionarla frente a los recurrentes terremotos que agitan el valle; Jocelyn, cosechera sabe que puede dejar tranquila a su hijo en un Jardín de Infancia construido con los beneficios de la prima, en una zona en la que la seguridad no siempre es evidente; María, lleva a casa tomates orgánicos, plantados en las Huertas Orgánicas, sin ello, su alimentación sería muy limitada; Francisco, operario, tras fallecer su mujer e hija en menos de un año, pudo tomarse una baja; los(as) trabajadores(as) que viven cerca de los viñedos ahora pueden ir en bicicleta. Todas estas son historias detrás del uso de la Prima Fairtrade, y fruto de una Conciencia Orgánica que pensó en el Comercio Justo.
[1]La Prima Fairtrade, una suma extra de dinero que se paga adicionalmente al precio de venta de la botella/uva certificada Fairtrade. El dinero es luego gestionado por el Comité de Prima, grupo de trabajadores elegidos democráticamente que en coordinación con una Asamblea compuesta por los trabajadores de la empresa, desarrolla proyectos sociales para estos y sus comunidades.