Comercio Justo y Desarrollo Sostenible

Desde los años 50 del siglo XX, el sistema económico capitalista ha vivido un crecimiento acelerado, con consecuencias ambientales muy negativas, incrementando de manera considerable las emisiones de gases de efecto invernadero, que han dado como resultado el calentamiento global y el cambio climático, que actualmente es la principal amenaza que enfrenta la humanidad.

Paralelamente, desde sus experiencias pioneras en la segunda posguerra, el mensaje clave del movimiento por un comercio justo fue claro: fomentando patrones productivos y de consumos alternativos y solidarios, lograremos, a través del comercio, un desarrollo más inclusivo, justo y sostenible.

Tres años después de la creación de la Fairtrade Labelling Organizations International (FLO), en el año 2000, las Naciones Unidas acordaron los ocho “Objetivos de Desarrollo del Milenio” (ODM); estos representaron un llamado global a enfocar los esfuerzos gubernamentales y de la cooperación hacia la consecución de unas metas mínimas que guardaban relación con la pobreza, el hambre, la educación, la salud, entre otros aspectos del desarrollo.

En septiembre de 2015, las Naciones Unidas vuelven a presentar al mundo un llamado global para defender la sostenibilidad de nuestra civilización: son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Estos marcan un compromiso global que significa también un cambio profundo en las sociedades industriales y post-industriales, cuyos patrones productivos han provocado el espectacular calentamiento antropógeno de las últimas décadas.

CLAC y el desarrollo sostenible

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y CLAC publicaron conjuntamente el libro: El aporte del comercio justo al desarrollo sostenible. Este documento examina los aportes del movimiento para el logro de un desarrollo más inclusivo y sostenible.

El Comercio Justo es un importante aliado para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). A continuación se detallan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a los cuales brinda una mayor contribución:

Naturalmente al ODS número 1 (Erradicar la pobreza en todas sus formas en todo el mundo), porque de manera general un comercio con más equidad es el canal a través del cual se dignifica el trabajo de pequeños productores y trabajadores, agrícolas y artesanos, que representan el anillo débil de la cadena de suministros y viven en comunidades empobrecidas por las dinámicas económicas nacionales y globales.

Al ODS 2 (Poner fin al hambre, conseguir la seguridad alimentaria y una mejor nutrición, y promover la agricultura sostenible), reconociendo que el 70% de la población mundial (según estimaciones FAO) depende de la agricultura a pequeña escala; muchas organizaciones de pequeños productores de comercio justo están invirtiendo el premio Fairtrade en procesos de diversificación productivas que garanticen un mejor uso de la tierra, mejoras sustanciales en las dietas y la soberanía alimentaria de las comunidades rurales.

Las relaciones de comercio justo también influyen positivamente en las dinámicas familiares (ODS 5, Alcanzar la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas), siendo la equidad de género y el empoderamiento de mujeres y jóvenes pilares fundamentales del movimiento. El sistema Fairtrade está fomentando una participación activa de las mujeres en las organizaciones de productores y trabajadores.

Otro de los objetivos donde las aportaciones del comercio justo son evidentes es el ODS 8 (Fomentar el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo, y el trabajo decente para todos): los estándares Fairtrade, basados en las convenciones de la OIT, permiten a los trabajadores rurales, de las empresas privadas certificadas, organizarse y negociar mejores condiciones salariales y de trabajo.

Desde América Latina y el Caribe, el continente más desigual del mundo (a pesar de no ser el más pobre), volvemos a subrayar el enorme aporte del comercio justo en la reducción de las desigualdades, tanto dentro de los países (por ejemplo, entre zonas urbanas y rurales), como entre países (ODS 10).

Asegurar patrones de consumo y de producción sostenibles (ODS 12) siempre ha sido el gran desafío del movimiento; la creación de un sistema “multi-stakeholders” donde en todos los distintos anillos de la cadena productiva y comercial haya actores comprometidos, y directamente involucrados en las relaciones de comercio justo, es fundamental para aunar esfuerzos.

El ODS 13 (Tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos) es uno de los que más interesan a los pequeños productores agrícolas, los primeros afectados por los drásticos cambios en el clima. Los estándares Fairtrade promueven un uso más eficiente de la energía, de los suelos, de los recursos hídricos y naturales; así como una reducción de los pesticidas y otros fertilizantes químicos.

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