Cooperativa Loncomilla

Cooperativa Loncomilla. Organización de Pequeños Productores. [San Javier de Loncomilla, Región del Maule, Chile].

Respetar v. tr. No destruir o hacer que una cosa desaparezca.

Crecimiento s. m.  Aumento de las dimensiones del conjunto de un cuerpo organizado o de alguna de sus partes .

Mientras se atraviesa el río Loncomilla, se ve una procesión de camiones cargados de uva que entran en las bodegas de la Cooperativa. Es época de vendimia y los casi 100 socios activos de la Cooperativa Loncomilla, envían sus uvas para iniciar la producción del vino 2022. Es “el término que hicimos durante todo el año, acá medimos si las cosas durante todo el año se hicieron bien” cuenta Emilio, técnico agrícola que junto a su compañero Alexis, se encarga de coordinar, asesorar y acompañaracá hay que hacer todo, hasta psicólogo[Emilio Fuentes, Técnico Agrónomo] a estos pequeños(as) productores(as), símbolo de resiliencia y adaptación.

La Cooperativa Loncomilla se encuentra en la ciudad de mismo nombre, San Javier de Loncomilla, situada en la Región del Maule, una de las zonas Vitivinícolas más importantes de Chile. Se caracteriza por la producción de la histórica Uva País de Cepas patrimoniales[1] o criollas que tienen un valor mayor, porque se adaptaron de forma mucho más natural y están más arraigadas” [Álvaro Muñoz, Gerente General] a esta zona de secano.

Fundada en 1959, en un país donde el cooperativismo no fue siempre bien visto, sobrevivió al Régimen Militar de Pinochet, y creció y creció. En los iniciosse partió con una bodega que se arrendaba [Álvaro Muñoz, Gerente General]. Hoy se camina entre cubas de cemento y acero inoxidable, que pueden contener hasta 22 millones de litros de vino, y cuentan la historia del desarrollo técnico productivo que con esfuerzo la cooperativa ha ido realizando.

Los retos no son pocos.

Chile se enfrenta a una crisis hídrica desde hace 13 años. Crisis exacerbada en esta zona por las extensas plantaciones de pino y eucalipto que fueron impulsadas hace años para producir madera y celulosa. “La sequía ha afectado mucho, por…estos últimos años […] y tanto pino que plantaron (…) los incendios […] chupan mucha agua, no hay ni una gota de agua (…) secan todo”. [Pedro González, Pequeño productor].

La uva en esta región depende de la lluvia. Al ser zona de secano no se riega y cada vez hay menos precipitaciones: antes había semanas de lluvia y la viña toda inundada de agua [Mireya Sepúlveda, productora] “cuando yo era niño llovía casi un mes… y ahora no se ve en años” [Osvaldo rojas trabajador de Vendimia]; “cada vez llueve menos” [Álvaro Muñoz, Gerente General].

Por otro lado, los implacables antojos del mercado global y el empeño de la cooperativa en poder competir en él hacen necesarias las mejoras técnico-productivas. Y eso, para muchos de los(as) pequeños(as) productores(as), no es fácil; vienen haciendo las cosas de la misma forma desde hace muchos años y muchos de ellos son ya mayores. Sin el acompañamiento técnico de la cooperativa les costaría sacar la pega[2] adelante[Alexis Ramírez; Agrónomo] y sobrevivir. Y así, Alfonso [Alfonso Donoso] el enólogo, que viene de grandes plantaciones, no tarda en decir no es una empresa cualquiera […] no solo son números, es mucho más social hay todo un mundo atrás[…]que va mucho más allá de hacer vino”.

Y Loncomilla desde luego está comprometida con el medio ambiente, “lo social” y el Comercio justo. Los 22 millones de litros que se producen cumplen con los exigentes estándares de producción y trazabilidad[3] requeridos para obtener la certificación Fairtrade.

Esto no es poco en una cooperativa de casi 100 socios(as) activos(as). El pequeño equipo técnico de campo y bodega, con gran esfuerzo e implicación, logran garantizar que todos los productores(as) de uva lleven al día los cuadernos de campo donde registran las aplicaciones de productos y que cumplan con el estándar de uso de productos no agresivos con el medio ambiente. También se coordina que las uvas certificadas Fairtrade se muelan y descuben en las cubas de los socios en condiciones sanitarias adecuadas. Además, cumplen con los protocolos de prevención de riesgos siempre buscando generar ejemplo y practicas sostenibles [Claudia Cancino, Gestión de riesgos y certificaciones], en un lugar donde la mano de obra cada vez es más escasa y hay mayor rotación, siendo una meta. Por último, se aseguran de que los(as) pequeños(as) productores(as) puedan recoger la uva con apoyo de trabajadores(as) en unas condiciones laborales justas.

La Cooperativa Loncomilla lucha cada día por crecer y crear vinos de calidad con cepas patrimoniales como la Uva País y la Uva Blanca Ovoide en condiciones de Comercio Justo. Una apuesta por el medio ambiente y el crecimiento productivo sostenible. Porque las cepas criollas[4], están adaptadas a las condiciones de secano y no son una amenaza para su entorno; más bien, son las habitantes de derecho de la zona. Porque los(as) pequeños(as) productores(as) hoy pueden seguir viviendo de sus viñas sin tener que arrancarlas y reemplazarlas por plantaciones más productivas como los pinos, que son sin duda, una amenaza para el medio ambiente. Porque, como dice Álvaro, su gerente general, lo que mejor define a esta cooperativa es la Unión hace la fuerzay su historia lo cuenta: empezaron sin bodegas y hoy embotellan un vino de calidad y justo.

La Cooperativa Loncomilla y sus pequeños(as) productores(as) producen un vino de calidad con un crecimiento industrial responsable mientras cumplen con los requisitos de desarrollo ambiental de la Certificación Fairtrade.




Categorias

Noticias Recientes

Recibe nuestro Boletín Informativo

X