DESARROLLO PROFESIONAL Y BIENESTAR
Vocación s. f. Inclinación personal o preferencia hacia una cosa, en especial a la hora de elegir una profesión, una carrera, forma de vida u otra cosa.
Bienestar s.m. Estado del que está bien, sin padecimiento, con salud, energía, etc.
San Martin, Mendoza (Argentina), 14 de abril. Insertarse laboralmente siempre es difícil, es como una rueda de hámster. Piden experiencia, no se tiene, y como no se tiene, no te contratan y vuelta a empezar… Bruno se inició en una fábrica de envasar duraznos, pero su objetivo era insertarse en el mundo del vino.
Su padre era enólogo. Bruno le vio perseguir su sueño de convertirse en uno, el coste para él como niño era un padre no siempre presente. Su madre tiene una marca de nacimiento que se asemeja a una hoja de parra. Su hermana, profesora y artista, pinta y crea inspirada por los viñedos y sus frutos. Él fue a la escuela técnica de enología.
Bruno conoce el vino: “el cuidado que hay que darle […] es como una persona, un niño, lo tuviste, lo creciste lo ayudaste, lo acompañaste hasta que se hizo grande y lo embotelló”.
Tras convertirse en padre y pelear por acumular esas experiencias de trabajo necesarias (la fábrica de durazno; una bodega famosa donde movía palés…), Montlaiz le abrió sus puertas.
Enseguida notó la diferencia “éramos pocos, se veía más organizado, en otros sitios me veía un número, acá la gente te saluda por el nombre, sabe de tu vida, donde vivís, si estás bien… como una familia”. Y además podía aprender y tener la oportunidad de crecer en el oficio que su padre, cuenta Bruno, “buscó, buscó hasta que encontró”.
En Montlaiz, Bruno se encontró con dos sorpresas.Por un lado, con Fairtrade, que le conectó con su deseo de “querer cambiar, pero sentía que yo solo no podía, esta era la oportunidad de cambiar o ayudar a alguien”. Porque Bruno sabe que las condiciones de las personas que trabajan en el vino no son fáciles y que, en Argentina, la inflación y la desigualdad social dificultan el desarrollo de muchos jóvenes. Enseguida se hizo parte del Comité de Prima[1] y empezó con sus compañeros “es como una cadena: ellos te ayudan a vos, y tú puedes ayudar a esa gente y esa gente ayuda a otra. Ese es el cambio, poder ayudar a otros y esos a otros, que siga esa cadena de seguir ayudando”.
La segunda sorpresa es que, gracias a los beneficios de la Prima[2], estar tranquilo en un trabajo que le gusta es posible. Su hijo tenía una enfermedad respiratoria desde hacía años y no habían conseguido acceder a una atención médica de calidad. Durante mucho tiempo, fueron noches en vela, días de preocupación, esperas en hospitales, tensiones con su pareja. Gracias al seguro médico que los(as) trabajadores(as) de Montlaiz han contratado con la Prima, Usiel, su hijo, pudo recibir la atención que requería y hoy juega al fútbol, mientras aprende de su padre lo que es Fairtrade. Bruno y Marian (su mujer) están más tranquilos.
[2] Ver definición arriba.