Detrás de cada libra de café y azúcar de Comercio Justo en El Salvador se encuentran historias de productores y productoras quienes, por diversos motivos, les ha tocado afrontar duras circunstancias que han limitado sus condiciones de vida. Es ante estas situaciones que la prima Fairtrade se ha convertido en un apoyo para estas personas, brindándoles a ellas y sus familias beneficios como tener una vivienda más digna o contar con una pensión económica que les ayude a salir adelante.
De esta forma, la solidaridad es parte de los valores fundamentales que se ponen en práctica con el Comercio Justo, un modelo alternativo de comercio que pone al centro a las personas. Y que, en El Salvador, ha hecho posible la puesta en marcha de proyectos para la construcción de viviendas y la entrega mensual de fondos para apoyar a personas, que si no fuera de esta forma, no tuvieran acceso a una pensión.
Viviendas más dignas
La Asociación Cooperativa de Productores Agropecuaria ATAISI de R.L., se dedica a la producción de café, caña de azúcar, miel de abeja y al ecoturismo. Esta organización, con los fondos de la prima Fairtrade, ha beneficiado a 11 familias con la construcción de sus casas, pues anteriormente, estas personas vivían en condiciones desfavorables y de alto riesgo dentro de estructuras edificadas con adobe, que se encontraban dañadas por los terremotos que azotaron el país en 2001 y a merced también de las tormentas durante la época invernal.
“Yo no tenía dinero para hacer mi casita, porque yo le pedía Dios: señor de dónde voy a agarrar dinero para hacer mi casita, yo no tengo, pues mi casa es de adobe, yo siento miedo de dormir aquí. Tuve un sueño también, que yo dormía en una casita nueva, y la miraba, así como esta y me salió cabal el sueño pues, y di gracias a Dios de la alegría; ya duermo tranquila, ya no paso con la angustia de qué iba a estar en esa casita viejita, que a veces vienen temblores”, asegura Bertha Alicia Hernández.
Otro de los beneficios que ella ha recibido es la entrega de canastas básicas, “estoy agradecida por lo que Comercio Justo ha hecho con las ayuditas que nos ha dado, porque las canastillas que nos han dado también de víveres, todo eso a mí me ha ayudado bastante”, afirma.
Por su parte, Alejandro Mira Ayala, un productor asociado a ATAISI desde 1982, expresa que ha recibido bastantes apoyos por el Comercio Justo, “y uno de los beneficios más grande en mi vida ha sido la construcción de una vivienda digna, que es lo que nosotros necesitábamos, ya que por mucho tiempo hemos vivido en casitas de adobe. Prácticamente los terremotos las dejaron deshabilitadas, ya fueron casas no habitables por el riesgo que se corría”.
“El Comercio Justo ha sido de algo de mucho beneficio, no solo para mí, sino que, para la comunidad, el asociado, su condición de vida paulatinamente tiene que ir mejorando. Sí es de mucho beneficio, ha venido a ayudarnos en muchas formas, tanto al asociado como para mejorar algunas partes de la cooperativa también”, señala Alejandro.
La construcción de viviendas para las y los asociados es un proyecto que ATAISI continuará en el futuro, pues ha realizado un censo para establecer qué familias necesitan una vivienda nueva, por lo que seguirán este esfuerzo con las ganancias que consigan de la venta de los productos de Comercio Justo.
Un reconocimiento a una vida de trabajo
La Asociación Cooperativa de Acción Agropecuaria Los Pinos de R.L se dedica a la producción y venta de café, así como a una iniciativa turística. Desde aproximadamente 2013 impulsa un fondo en apoyo a personas adultas mayores y con alguna situación de salud que no les permite trabajar.
Actualmente, Los Pinos beneficia a un total de 12 socias y 15 socios, a quienes entrega una pensión, en vista que en el país no hay un sistema de ahorro de pensiones que cubra a las y los trabajadores del área agrícola, además como un reconocimiento al esfuerzo realizado por estas personas, contribuyendo así a su sostenibilidad económica y cuidado de su salud.
Ese es el caso de María Isabel Pacheco, esposa de un asociado que falleció y quien, por una enfermedad, se quedó sin la posibilidad de trabajar. “El beneficio es porque uno bastante se ayuda, si no estuviera esa pensión cómo hiciéramos nosotros. Dios bendiga a esas personas de donde depende esa pensión y quienes también la reparten. Cómo hiciéramos nosotros para comprar nuestros alimentos, cubrir algo que tenemos cubrir, y por eso yo le doy gracias a Dios, y gracias al Comercio Justo que tenemos esa ayuda”, afirma.
Maximiliano González también recibe este apoyo debido a que una enfermedad ya no le permitió continuar trabajando. “Y eso es feliz, tener esta pensión, es una gran dicha para nosotros, de bendición. Yo soy cristiano, yo oro por ustedes, por toda la organización, oro porque digo: yo no los conozco, ni me conocen a mí, y me están ayudando, es una bendición que Dios ha mandado para nosotros”, asegura.